Lengua y literatura
Escribimos...
En el cementerio de almas en pena respira el viento del sur, y mata el tiempo así. La lluvia de energía abraza los árboles desde sus pies, y ellos lloran inmóviles sus hojas en el otoño, época donde las almas bailan alrededor de ellos, como festejando sus desdichas.
Las almas en pena juegan, juegan en el ocaso, juegan plenamente en el ocaso, porque saben que por la noche se divertirán aún más. Los susurros de las almas en pena asustan a los mortales, que no se dan cuenta -por su vista limitada- que están jugando.
Las almas en pena y los mortales conviven como pueden -no como quieren-. Ellos saben que por la mañana se tienen que comportar frente a la luz diurna. Ellas, volviendo a cementerio y ellos, yendo a trabajar.
Neldo Matías González Herrera