Arrancamos caminando derecho por Esteban Bonorino y ahí nomás aparecieron un par de perros, uno era muy simpático, pero estaba con una máscara al estilo HANNIBAL, pobrecito, y el otro que era más tímido no tenía nada, pero ni siquiera nos saludó. En el árbol que había justo en la esquina esa noté que había unos bichitos que estaban como escondidos, con más miedo que el perro, pero todos juntos. De ahí nos fuimos para la casa que fue de Baldomero Fernández Moreno, era muy linda la casa. Después seguimos caminando, para mí sin rumbo, pero no me modificaba mi intención de ver, observar y hasta tratar de entender al barrio. Llegamos a un hotel donde vivió Alfonsina Storni, mientras íbamos de casa en casa en el medio Mónica nos leía algo de lo que habían escrito estos grandes poetas. Terminamos en el bar "La Farmacia" donde fueron poetas de otras épocas y en la actualidad nosotros, la nueva generación de poetas, humildemente lo digo (silencio).....
Tomamos un café, bah, en realidad, ellos tomaron del producto colombiano naturalmente, yo tomé un mate cocido. El lugar estaba estupendo, tenía frascos antiguos, que quedaron de cuando el lugar era realmente una farmacia, y para mí lo que más me inspiro, fue cuando volvíamos para Casa Flores y vimos que desde el techo de la casa de Baldomero caía agua y a mí se me vino la imagen de una casa llorando, muy bueno. Para cerrar el día estuvo de lujo, para mí en general cuando salgo de lo cotidiano y/o de lo rutinario, es distinto, especial. Agradezco a Úrsula y Mónica por el día distinto que me dieron la oportunidad de tener.
Maximiliano
11/04/2013
11/04/2013
Saludo fraternalmente a "la nueva generación de poetas", que está teniendo su bautismo de fuego en estas páginas.
ResponderEliminarFederico
Gracias Fede por el apoyo, me siento alagado por lo de "poeta", y me encantó la metáfora.
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